¿Tu piel está sufriendo con los cambios del clima veraniego? Te explicamos posibles razones de esto y cómo manejarlo
El verano trae consigo muchas cosas: sol, calor, vacaciones y días más largos. Sin embargo, también puede significar una serie de cambios en nuestra piel que, si no se manejan correctamente, pueden resultar incómodos e incluso dañinos. A continuación, exploraremos los posibles cambios que tu piel puede estar experimentando durante el verano, por qué ocurren y qué puedes hacer para mantener tu piel saludable y radiante.
1. Aumento de la Producción de Sebo
Con el aumento de las temperaturas y la exposición al sol, las glándulas sebáceas de tu piel producen más sebo, lo que puede llevar a una piel más grasa. Esto es especialmente notorio en personas con piel mixta o grasa, quienes podrían experimentar más brillos en la zona T (frente, nariz y mentón).
Causas:
El calor activa las glándulas sebáceas para proteger la piel del exceso de sudor y sequedad. A la vez, los poros se dilatan, lo que facilita la producción de más sebo.
Soluciones:
- Limpieza suave: Usa un limpiador facial sin alcohol para evitar la sobreproducción de grasa.
- Tónico que regulen la produccion de sebo: Los tónicos con ingredientes como el ácido salicílico, niacinamida o el hamamelis pueden ayudar a reducir el exceso de grasa.
- Mascarillas matificantes: Aplicar una mascarilla que controle el brillo, como las de arcilla, puede ser útil una o dos veces por semana.
2. Deshidratación de la Piel
Aunque parece contradictorio, el calor del verano puede deshidratar la piel. El sudor excesivo, el sol y la exposición al aire acondicionado pueden eliminar la humedad natural de la epidermis.
Causas:
El calor y la exposición solar aumentan la evaporación del agua de la piel, mientras que el uso frecuente de aire acondicionado también puede contribuir a la pérdida de humedad.
Soluciones:
- Hidratación interna: Bebe mucha agua a lo largo del día para mantener la piel hidratada desde el interior.
- Hidratación externa: Utiliza cremas o geles hidratantes que contengan ingredientes como ácido hialurónico o aloe vera.
- Evita duchas calientes: Las duchas muy calientes pueden despojar a la piel de sus aceites naturales. Opta por agua tibia.
3. Manchas Solares y Aumento de Pecas
El verano es la temporada en que muchas personas experimentan un aumento en las manchas solares, o la aparición de nuevas, debido a la mayor exposición a los rayos UV.
Causas:
La radiación ultravioleta (UV) activa la producción de melanina, que puede llevar a la formación de manchas oscuras. Las personas con piel más clara son más propensas a estos cambios.
Soluciones:
- Protección solar: Aplica un protector solar de amplio espectro (SPF 30 o superior) cada 2 horas, incluso en días nublados o cuando estés dentro de casa cerca de ventanas.
- Tratamientos despigmentantes: Si ya tienes manchas, puedes utilizar cremas con ingredientes como vitamina C o ácido kójico que ayudan a aclarar las manchas.
- Evita la exposición prolongada: Si bien la exposición al sol es inevitable en verano, evita las horas pico de radiación (de 10 a 16 horas).
4. Acné por Sudoración Excesiva
La sudoración en exceso puede obstruir los poros, combinándose con la suciedad y el sebo acumulado para crear un ambiente perfecto para la proliferación de bacterias, lo que puede llevar al acné.
Causas:
El calor y la humedad provocan un aumento en la sudoración, que puede mezclarse con los aceites y obstruir los poros.
Soluciones:
- Exfoliación suave: Exfolia tu piel 1-2 veces por semana con un exfoliante suave para eliminar las células muertas y evitar que los poros se obstruyan.
- Ropa ligera y transpirable: Si haces ejercicio o sudas mucho, asegúrate de usar ropa ligera que permita a tu piel respirar.
- Productos anti-acné: Si eres propenso a brotes, usa productos con ácido salicílico o peróxido de benzoilo para tratar el acné de manera localizada.
5. Enrojecimiento y Sensibilidad Cutánea
El sol, el viento y el cloro de las piscinas pueden aumentar la sensibilidad de la piel, dejándola enrojecida y a veces irritada.
Causas:
La exposición directa al sol sin protección, el viento fuerte y la cloración de las piscinas pueden despojar a la piel de su barrera natural, causando inflamación y enrojecimiento.
Soluciones:
- Protección solar: Siempre usa protector solar y busca sombra cuando sea posible.
- Productos calmantes: El aloe vera, las cremas con niacinamida o la calamina son excelentes para calmar la piel irritada.
- Evita el alcohol y las fragancias: Elige productos sin alcohol ni fragancias para evitar más irritación.
6. Cabello y Piel Secos por el Cloro y la sal
Si eres de las personas que pasan mucho tiempo en la piscina o en la playa, probablemente habrás notado que tu piel y cabello tienden a resecarse.
Causas:
El cloro de las piscinas y la sal de mar pueden deshidratar la piel, eliminando su humedad natural.
Soluciones:
- Hidratación intensiva: Utiliza aceites o cremas hidratantes ricos en lípidos (como el aceite de jojoba o de argán) para restaurar la barrera cutánea.
- Protección solar para el cabello: Protege tu cabello del sol con un sombrero o productos capilares con SPF.
- Ducha después de nadar: Después de nadar en la piscina o en el mar, enjuaga tu piel y cabello con agua dulce para eliminar el cloro o el salitre.